El día a día de la maternidad puede encontrarnos muy cansadas, preocupadas y, aunque no se haya considerado hasta ahora, esto puede evocar en muchas madres el deseo de destetar.

Una pregunta muy frecuente que se hacen las madres, es ¿cuánto tiempo tomará el pecho mi hijo? La respuesta que surge entre las mismas mamás es tan relativa como sus formas de vida y crianza.

Muchas veces, las expectativas de nuestra sociedad no concuerdan con nuestra biología. Sabemos que si se les da la oportunidad, la mayoría de los niños maman hasta que dejan de tener la necesidad de hacerlo, y esto suele ocurrir a partir de los dos años y medio.

Los estudios demuestran que los niños se desarrollan de forma óptima, física y emocionalmente, cuando disponen de la posibilidad de succión y consuelo, recibiendo la nutrición e inmunidad que les brinda la lactancia en toda su duración, aumentando los beneficios mientras más se prolongue.

Los organismos nacionales e internacionales de salud infantil coinciden en recomendar, en base a todos los estudios realizados, que se amamante al niño al menos sus dos primeros años de vida, continuando todo el tiempo que la madre y el niño quieran.

Durante este tiempo vemos cómo algunas madres sienten el deseo de destetar antes que el niño supere esta necesidad de manera natural.

Muchas veces la madre siente este deseo genuino de destetar, pero otras veces la lactancia no es el problema, sino el cansancio que le ocasiona todo lo demás que la madre hace y la lactancia termina siendo la gota que rebalsa el vaso. Si esto sucede, antes de tomar la decisión de destetar, puede ser útil intentar pequeños cambios para mejorar el día a día, por ejemplo:

• Participar de un Grupo de Apoyo (online o presencial, y gratuito) de Liga de La Leche para compartir experiencias con otras madres, recibiendo apoyo e información.
• Compartir el día con otras madres con niños de la edad, para ayudarse mutuamente y que los niños compartan horas de juegos.
• Leer o escuchar música mientras amamanta convirtiéndolo en un momento ameno.
• Pedir a su pareja (o quien la acompañe en la maternidad) que salga un rato con el niño, o que se quede en casa mientras la madre sale a distraerse con algo que disfrute.
• Dedicar unas horas de la semana a hacer algo fuera del hogar, mientras alguien de confianza cuida al niño.
• Salir a pasear con el niño para cambiar de ambiente.
• Dejar alguien al cuidado del niño mientras disfruta de un baño prolongado y relajante.
• Pedir colaboración con las demás actividades y quehaceres del hogar.
• Buscar la manera de facilitar las tomas nocturnas (propiciando la cercanía para no tener que levantarse, compartiendo la atención nocturna del pequeño con quien acompaña a la madre, haciendo alguna pequeña siesta durante el día para agregar horas de sueño)

Estos pequeños cambios pueden ayudar a que la madre vuelva a disfrutar de amamantar a su hijo esperando que él supere la etapa de lactancia de forma natural. O quizás sienta que tiene que empezar a planificar un proceso de destete paulatino.

Cuando el destete se realiza de forma gradual, la producción de leche va bajando de forma natural, evitando las incomodidades físicas como la congestión mamaria o mastitis. Y permite a la madre reemplazar poco a poco la lactancia, compensando este encuentro con otro tipo de atención y afecto.

¿Cómo comenzar a transitar el camino del destete de forma paulatina?
Cada díada va a encontrar el camino para transitar juntos la decisión que tomen, no hay fórmulas establecidas, será diferente según la edad del pequeño. Compartimos una lista de ideas que pueden ayudar:

• Dialogar con el niño contando con sinceridad cuáles son sus sentimientos (cansancio, agotamiento, sentir la posibilidad de relacionarse de otra manera, la necesidad de destetar por haber llegado al final de una etapa, desear descansar de otra manera, etc)
• No ofrecer/no negar.
• Distraer (con juegos, actividades, lectura)
• Sustituir (ofreciendo abrazos amorosos y sostenidos, alimentos saludables, cuentos, danzas o paseos)
• Aplazar, es decir, negociar para posponer una toma.

Tener presente que nuestro pequeño hijo tomó el pecho para todo durante estos primeros años de su vida, nos puede ayudar a ponernos en su lugar e ir ofreciendo alternativas, creando nuevos hábitos para esos momentos.

Referencias e información sobre el tema:
Recomendaciones de la OMS
– Breastfeeding Today, Liga de La Leche Internacional «¿Hace daño amamantar a tu bebé mayor?«
– Asociación Española de Pediatría, «Lactancia materna en niños mayores«